Sobre nosotros

Hollister lleva más de 95 años al servicio de profesionales sanitarios y usuarios, marcando la diferencia en las vidas de personas de todo el mundo.

Nuestros objetivos

Hacer la vida más digna y gratificante para aquellos que usan nuestros productos y servicios.
Más información

Nuestra visión

Crecer y prosperar como una compañía independiente, propiedad de sus empleados y en el proceso llegar a ser mejores seres humanos.

Nuestros principios inmutables

Los principios inmutables son pautas atemporales que definen lo que significa ser empleado de Hollister. Nos esforzamos por dar ejemplo de estas cualidades en las acciones que realizamos a diario, tanto a nivel individual como de compañía.

Dignidad de la persona

Nuestros empleados, como todas las personas, tienen su dignidad y su valor intrínseco, independientemente del trabajo que desempeñen. Hollister trata a sus empleados, y nos tratamos mutuamente, con respeto. Estamos siempre alerta para satisfacer las necesidades de quienes usan nuestros productos y servicios, y al lograrlo, hacemos su vida más gratificante, al tiempo que nos convertimos en mejores personas.

Servicio

Servimos a quienes usan nuestros productos y servicios, a nuestros clientes, nos servimos mutuamente y a las comunidades en que vivimos, con humildad, comprensión y perseverancia.

Integridad

La integridad está en la esencia de nuestro modo de hacer negocios. En Hollister, la ética es el único camino. Somos abiertos y honrados, tratamos a los demás con justicia y obramos como debemos, aún cuando ello resulte difícil.

Custodia

Se nos ha confiado una empresa independiente que es propiedad de sus empleados. Como custodios de tal confianza, y guiados por los principios y normas de conducta que nos legó nuestro fundador, John Dickinson Schneider, velamos por perpetuar esa independencia de Hollister para mantener su solidez financiera, a medida que crece y prospera. Las decisiones que tomamos se sustentan en los intereses a largo plazo de la empresa y hacemos honor al lema de John Dickinson Schneider: “Sólo la excelencia es suficiente”.